NAVEGAR ES NECESARIO
La literatura es un campo de batalla como la vida misma.
No un lugar de paz, como la muerte, sino de conflicto vital (R.B)
Pocos saben
que “navegar es necesario” es un lema de la Revista Marcha uruguaya. Pocos
saben de esta revista latinoamericana y que tuvo como encargado cultural a
Ángel Rama, como editor nada menos que a Onetti, pero es más fácil que conozcan
a uno de sus últimos colaboradores, el benjamín Eduardo Galeano. Pero seguimos
dejando de lado, el gran motor editor de Marcha: Carlos Quijano que en su
impulso antiimperialista y antifascista del Uruguay del 39 crea esta revista
que logra sacar 1676 ediciones hasta el 74, año de la censura dictatorial. Estoy
segura que eso no lo sabían.
Pero qué
tiene que ver Marcha en esta presentación. Si me dan un tiempo quisiera tirar
de dos hebras de esta exposición, una tiene que ver con la jaula de Núñez. Guillermo
Núñez es un pintor chileno que exhibió una serie de jaulas en el Santiago
dictatorial del 75, exposición que duró solo dos días y que fue censurada. Veo
al editor Quijano entrando en una pieza del centro de Montevideo, discutiendo
con Onetti el próximo número, siempre con muchas ideas y pocos recursos. Veo a
Núñez con el mismo impulso enjaulando una rosa, bototos o la Mona Lisa como un
juego serio, que hablaba directamente de la situación que se vivía: un arte
censurado.
En la jaula
de Bruna encontramos al Pajarero que se convirtió en la portada del primer
libro de nuestro Centro de Investigaciones Poéticas del Grupo Casa Azul, Plano Inclinado, libro colectivo de
poesía sacado con muchas ideas y
pocos recursos. Pensamos y sentimos como esta jaula: el arte latinoamericano en
gran medida no recepcionado gracias a un capitalismo salvaje que genera tales
tendencias depredadoras que no solo lo hace ineficiente, sino autodestructivo,
no solo en lo económico sino también en la vida cultural y política de la
comunidad.
La segunda
hebra de esta exposición que quiero profundizar es la de Cubagua de Enrique Bernardo Núñez. Es poco sabido que esta novela
corta inaugura la nueva novela histórica en la Venezuela del 30. ¿Qué se juega
en Cubagua? Otra vez esas profundas
ganas de justicia que significa poner la historia en su lugar, subvirtiendo la
historia oficial a través la visión de los vencidos aborígenes. Por un momento,
pongámonos en ese gesto explotador que significó que un nativo fuera obligado a
lanzarse a la profundidad del mar en busca de las codiciadas perlas. Somos
mestizos, pedimos justicia. El mismo gesto de Bernardo Núñez en los 30, de
Quijano en el 39, de Guillermo Núñez el 75 se condensa en esta exposición de
Bruna Por todos los costados en el
2016.
Hace un
tiempo Bruna lee la novela Cubagua y
la tesis realizada por nuestro editor Rodrigo Suárez donde analiza la
estructura mítica y religiosa de esta novela. Fascinante que todo esté
relacionado, que un monstruo del lenguaje como Patricio Bruna se deje influir
por esta poética en sentido amplio de intelectuales marginales como nosotros.
Rodrigo Suárez camina en Santiago como caminaba el Núñez del 75 o el Bruna del
2016, buscando recomponer la historia,
restaurarla, repararla en un gesto desesperado. Y aquí estamos en nuestra
consabida línea tercermundista, publicando todo aquello sin acceso a los
canales regulares de distribución, todo aquello que espera turno sin esperanza
o es redondamente ignorado. Porque para todos
esos artistas, poetas, músicos y ensayistas que tienen suficientes bocas de
salidas Casa Azul no tiene por qué ser una más.
No hay planeos esquemáticos a problemas complejos. No se alcanza la
autenticidad, en realidad, se la niega, adoptando demagógicamente el facilismo.
Batallamos contra las estructuras injustas de este neoliberalismo profundo y
anhelamos una vida digna y plena para los trabajadores. Nosotros somos esos, no
estamos fuera de esa clase social, así que, si no somos de la elite, no podemos
estar construyendo para ella, solo en nuestra peor pesadilla. Somos jóvenes o
viejos poetas sin nada en que apoyarnos, jóvenes o viejos proscritos por el
gobierno progresista chileno de centro izquierda y no gozamos de ningún apoyo
ni de ningún mecenazgo, ni tampoco nos arrastra un poeta muerto.
Solo tenemos
esta exposición que crea el efecto de romper el marco, trasgrediendo una
determinada regla o convención que gobierna un tipo particular de experiencia,
poniendo al descubierto lo que la ilusión del realismo nos pide que olvidemos o
dejemos en suspenso: nuestro conocimiento que estamos en el campo de las
situaciones inventadas. Como poetas y artistas actuales rechazamos la ingenua
fe en el realismo tradicional, en cambio tratamos de mostrar los mecanismos de
construcción de la ficción: Por todos los
costados, Resonancias Amereida, Cabezas, tres series que tienen un mundo detrás del que he
analizado solo dos hebras: la Jaula de Cubagua. Esa terrible jaula que nos
sigue interpelando.
Y vuelvo al principio de esta mi
lectura. Navegar es necesario, vivir no lo es. Esto nos recuerda que el deber
está por encima de cualquier miedo o de cualquier circunstancia. El poeta
Fernando Pessoa escribió un bello poema Navegar
es preciso que
dice: Navegantes antiguos tenían una frase gloriosa:
“Navegar es preciso, vivir no es preciso”. Quiero para mí el espíritu de esta
frase, transformada. La forma de casarla con lo que yo soy: vivir no es
necesario, lo que es necesario es crear. Esto quiere decir que una vida sin
“navegar” y hay que incluir aquí todo lo que es importante o vital para
nosotros es como no vivir.
Pero aquí
estamos ante EL PAJARERO Y SU LENGUA OPACA / VERSO Y RE-VERSO DE UNA NO
TRANSPARENCIA.
Comentarios