Dictadura de la luz: Feria Internacional del Libro de Santiago
Karina García Albadiz
Grupo Casa Azul, Playa Ancha, 2015
grupocasaazul@gmail.com
En la crítica seré valiente, severo y
absolutamente justo
con amigos y enemigos. Nada
cambiará este propósito
Edgar Allan Poe
El
Estado subsidiario es el fundamento de la política-económica neoliberal chilena
y bajo la subsidiariedad, el Estado es mero espectador y un más que débil
regulador del mercado. Debe ceder siempre, en nombre de la supuesta
"eficiencia" tecnócrata, cualquier clase de iniciativa comercial, ya
que se privilegia sobre todo el emprendimiento de la empresa privada. El Estado
solo puede gestar una empresa cuando el privado no tenga interés en ello, es
decir, cuando no signifique lucro o ganancia al
capitalista. Otra característica común del Estado subsidiario es la
transformación de los procesos de administración burocráticos a tecnocráticos
de las pocas empresas estatales que mantiene la subsidiariedad. Es por eso que
TVN, canal "estatal", debe competir con otras estaciones privadas, de
igual a igual, como otro privado más, aun a costa de degenerar y rebajar el
contenido cultural, desechando su rol estatal educador. Es por eso que las
carreteras chilenas están llenas de peajes, ya que siempre se privilegia la
concesión a privados, aunque las licitaciones resulten finalmente más caras
para el Estado que asumir la reparación de las carreteras. La política del IVA
diferenciado o de abolir el IVA, en el caso de los libros, según esta
normativa, transgrede la "no discriminación" en el trato que deben
dar el Estado y sus organismos a empresas privadas, aun a sabiendas que en la
educación privada se puede acoger a la exención en el pago de IVA. Es un bonito
modelo pseudocientífico, en el cual se le niegan derechos a una mayoría en pos
de una supuesta libertad de una minoría acomodada, minoría que se salta
olímpicamente su dignidad científica y va en contra de su propio discurso
liberal, siempre que esto le genere un beneficio mayor. Esta conformación
ideológica de alianza Estado-empresas constituye una nueva forma de “dictadura”
en democracia, debido a que se ejerce un férreo control sobre la disidencia
contra el sistema a través de la invisibilización, la alienación y la represión
policial y sicológica. Esta situación ha prosperado por la abdicación de los intelectuales
que han asumido y defienden el sistema neoliberal, que claramente ha
perjudicado a la gran mayoría de la población como se ha visto en los casos de
corrupción y colusión económica y política, lo que no puede dejar de
reproducirse en el ámbito cultural a través de una dictadura de la luz(1).
Gestión
privada en un espacio público
El Centro Cultural Estación Mapocho es un
bien público administrado con fines culturales por una corporación de derecho
privado sin fines de lucro: la Corporación Cultural de la Estación Mapocho.
Esta institución de derecho privado se constituyó
en Febrero de 1991, instaurando una experiencia pionera de gestión privada de
un espacio público. Si bien la ex estación Mapocho es un edificio que pertenece al Estado
de Chile, su administración y financiamiento es completamente autogestionado
por dicha Corporación(2). Ahora bien, por concepto de Ley de Donaciones
culturales, la Corporación recibió para la Feria Internacional del Libro de
Santiago el nada despreciable monto total, autorizado para estos tres años
(2014, 2015 y 2016) de $ 1.238.268.000.
Es decir, aproximadamente unos 400 millones anuales. Esta
experiencia de gestión privada en un espacio público es algo que criticamos a
propósito del Centro Cultural Gabriela Mistral donde se realiza La Furia del
Libro, feria de editoriales independientes.
Cobros de stand y entradas
Tenemos dos ferias
internacionales en Chile: la FILSA y la Feria del Libro de Viña del Mar, ambas
organizadas por la Cámara chilena del Libro. En el verano de este año denunciamos
que en la feria de Viña el costo por stand estaba en $1.300.000. Bueno, en la
FILSA se cobra por el stand $3.000.000 a las editoriales más grandes y
$1560.000 a las independientes, además
se cobra por la entrada general $3000 y
$2000 estudiantes los fines de semana. Consideramos que a pesar de la rebaja de
la entrada con la impresión de un volante o el no cobro de entrada en ciertos
días a segmentos de la población como mujeres o profesores, se sigue recaudando
mucho dinero por este concepto que incluso puede llegar a significar una
entrada mucho mayor que lo que recibe la Cámara vía la Ley de Donaciones
Culturales.
El
IVA al libro
Recordemos
que la FILSA se inaugura en 1981, en plena dictadura militar, en la época de
consolidación del sistema económico neoliberal en Chile. Por otro lado, Chile
era un país sin impuesto al libro hasta diciembre de 1976 y fue la dictadura de
Pinochet la que instaló el gravamen en un momento en que miles de chilenos eran
perseguidos, torturados o exiliados, las editoriales allanadas y la prensa
disidente acallada. En ese contexto, ese simple mecanismo tributario, instalado
por decreto, fue una herramienta más de control y censura. En contraste,
observen esta pequeña maravilla de composición legal que había colocado —hasta
el 76— la lectura al mismo nivel de elementos tan vitales como la leche y el
agua. “Estarán exentos de impuesto: Pan, leche, sea en estado natural,
desecada, condensada, evaporada o en polvo, alimentos de sustitución láctea;
agua potable, frutas y verduras frescas, papas, cebollas, ajos, trigo, maíz,
porotos, lentejas, garbanzos, arvejas, arroz, huevos, ganado, aves, sal,
harinas de cereales o de legumbres; carne fresca, congelada o deshidratada;
pescado, algas marinas, mariscos y crustáceos frescos y congelados destinado al
consumo humano, (excepto ostras, langostas y centollas); textos y cuadernos
escolares, libros, diarios y revistas destinados a la lectura”. Económicamente,
el IVA es impuesto regresivo. Un impuesto regresivo es aquel en el que se
capta un porcentaje menor en la medida en que el ingreso total aumenta. Un
impuesto regresivo afecta más a los que menos tienen. Por lo tanto, se debería
eliminar el IVA a todos los artículos de primera necesidad, incluyendo el libro
como bien cultural simbólico.
Críticas
a las ferias internacionales del libro
Desde que llegamos como Grupo Casa Azul
editado por Ediciones Universitarias a la FILSA y a la Feria Internacional de
Viña del Mar hemos sostenido una crítica a estas ferias. Sin ir más lejos, en
el verano recién pasado protagonizamos una Funa a esta feria porque las
convocatorias que realiza la Cámara del Libro no son abiertas. También
denunciamos los altos precios de los stand ($1.300.000) y porque, de los tres
stand que están exentos de este pago, el de la SECH está acaparado por un grupo
editorial desde hace cinco años, además de compartir dicho stand con una
editorial de Santiago que presta sus boletas para que este negocio funcione. Logramos,
después de tres días de intensa intervención, no ser desalojados, además
tuvieron que instalar un stand gratis cuya cenefa Microeditoriales
Independientes se transformó en un espacio que acogió a todos los escritores
por igual. Todas las ventas realizadas fueron publicadas en nuestros sitios. Pero
lo más importante conseguimos lanzar nuestros plaquettes de poesía y gráfica
del sur, rompiendo con ello el acaparamiento que hacen del programa tanto los
organizadores como las sociedades y círculos de escritores de la región.
Actualmente siguiendo nuestra misma
política fuimos a la FILSA a filmar qué pensaba el público y escritores sobre toda la problemática del IVA
al libro, cobro de stand y entradas y, en definitiva, cuál es la opinión que le
merece a la gente la gestión privada en espacios públicos llevada adelante
durante los gobiernos postdictadura. Estas entrevistas fueron recogidas en el
programa “Apuntes del Subterráneo” disponibles en el canal Youtube del Grupo
Casa Azul.
En relación a la
polémica suscitada durante el inicio de la feria, reconocemos como un aporte
que los editores independientes hayan cerrado sus stand en protesta por no
recibir todas las entradas gratuitas prometidas por la Cámara del Libro en los
lanzamientos de sus libros, pero pensamos que no están solidarizando con el
público lector, sino que están abogando por sus intereses particulares, dejando
de lado la injusticia que implica el modelo de feria que tenemos.
Como Centro de
Investigaciones Poéticas no queremos ser cómplices de esta nueva versión de la
dictadura de la luz, que utiliza a la cultura y sus escritores como anillos del
poder que nos llaman a resignarnos y adaptarnos a este neoliberalismo. Nosotros
creemos en un intelectual transformador de la realidad y que se mantenga
disidente frente al modelo cultural economicista dominante. Queremos
transformar las ferias del libro en espacios democráticos, al alcance de todos,
donde primen el pensamiento crítico y los valores estéticos.
(1) Karina García, “Dictadura de la luz: Forum de las Culturas en
Valparaíso”, Revista Botella del Náufrago, N°15, p. 64, 2010
(2) El Directorio actual está formado por el Ministro
de Educación, Presidente: Adriana Delpiano Puelma, Alcaldesa de Santiago, Vicepresidente: Carolina Tohá Morales,
Fundación Tiempos Nuevos, Directora: Paula Forttes Valdivia, Director
Corporación Cultural de Santiago: Andrés Rodríguez Pérez, Presidente Fundación
Pablo Neruda: Enrique Inda Goycoolea, Presidente Fundación Premio Nobel
Gabriela Mistral: Jaime Quezada Ruiz y el Rector de la Universidad de Chile:
Ennio Vivaldi Véjar.
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